sábado, 16 de agosto de 2008

Vacaciones... : Por Sutter Kaihn

He caído en un extraño pozo, así parece serlo. Las horrendas criaturas que me perseguían, quizás hayan perdido mi rastro después de haber caído en esta fosa pestilente. Es demasiada rara esta situación. Simplemente me fui de vacaciones, era lo único que quería.
Unas simples y ordinarias vacaciones. No sé que demonios me llevó a que mis ojos desconfiaran de todo lo que me rodea. Había estado con aquel aburrido grupo, que sacaban fotos a cuanta alimaña o estúpida flor se les cruzaba.
Yo quería algo diferente… lo que me llevó a apartarme de ese grupete insoportable. ¿Se habrán ido los espectros abominables? Comenzaron a perseguirme cuando… cuando yo… ¡Claro! ¡Ese OTRO grupo de gente! Yo sabía que de algún modo, pagaría muy cara mi osadía.
Aquellos monstruos que brotaban de los árboles, fueron en mi búsqueda. Víboras enormes con cabezas humanas, personas cubiertas de gusanos que vociferaban insultos insoportables. Todas clases de cosas que mi cerebro no lograba reconocer.
Corrí y corrí sin mirar atrás; ya no me importaba que tipo de cosas se aproximaban detrás de mí. Unas apestosas anguilas con el tamaño a una manguera de bomberos, impedían mi paso por las charcas.
Arañas del tamaño de un perro, caían desde los árboles sin previo aviso. Aquel sonido, era el más aterrador de todos los que había escuchado, a lo largo de mi inútil existencia. Los corazones de las bestias… aquellas insondables abominaciones salidas desde el mismísimo infierno.
¡Dios! ¡Me falta el aire! Y el susurro… aquella voz oprimente, no deja que mi cabeza descanse en paz. Nunca lo hará, no después de haber perturbado aquella gente que solo cumplían con sus paganas obligaciones. Fui muy estúpido al haber interferido hablando de mi Dios y de lo equivocados que estaban.
Por haber detenido sus deberes, cumplo con este castigo de ser perseguido para luego ser devorado. ¡Dios, auxilio! ¡SÁQUENME DE AQUÍ POR FAVOR! ¡No quiero morir! Llevo días escapando de ellos. Que digo días… semanas ¡Meses! Y quizás… solo quizás, se conviertan en años.
Este laberinto es interminable. No logro descifrarlo. ¡No puedo encontrar la maldita salida! ¡SÁQUENME! ¿Son ellos? Han llegado ¡Han llegado, me han encontrado! Ja… jajjajajaja. ¡AAHJJAJAAHAHA!


— Doctor, ¿le parece si comenzamos por el tórax? — peguntó la ayudante del forense. — No lo sé, todavía no puedo descifrar bien la causa de su muerte — el médico se detuvo unos segundos y volvió a examinarlo.
— ¿De dónde me dijo que vino este cuerpo?
— De Haití. Estaba con un grupo de vacaciones y desapareció varias semanas. — Contestó la mujer. — Bueno, no importa… procedamos con la autopsia — El médico forense acercó el escalpelo, pero se detuvo unos segundos antes de cortar el cuerpo. Miró a su ayudante.
— ¿Haití no es la famosa tierra del Vudú?

Fin
3/12/07

1 comentario:

Anónimo dijo...

la verdad he leido varios de tus cuentos y son bastante buenos... entre ellos el hedor, el suicida, etc--- pero para la proxime me gustaria leer algo mas fantastico de tu parte--- creo q te saldria bien..

beso
sabri.