sábado, 16 de agosto de 2008

Querido amor no correspondido (Diario Hoy)

Día 3, mes de abril del año 1998

Al queridísimo Padre Fernando:

¿Me recuerdas? Soy yo, Eliana… aquella muchachita con la que has sufrido, por aquel amor prohibido del que tanto te hostigaba. Esta sería la segunda vez que te escribo, ya que nunca has contestado mi primera carta.
Lo que pasa, es que aún te extraño y ese amor que siento hacia ti, se está desvaneciendo de a poco. Cuesta mucho, pero es así. Solo necesito más tiempo… eso es todo.
¿Cómo estuvo el regalo que te envié? Supuse que te gustaría muchísimo, un pastel horneado de carne, acompañado por un vino de marca refinada. Que extraño; pensar que antes no tenía acceso a ese tipo de cosas y ahora que he progresado gracias a tu ayuda, tengo un auto y una casa digna.
El problema fue que… Bueno; tú sabes. Después de tanto tiempo, tendrías que enterarte de toda la verdad. Querido Fernando, eres padre de un hermoso hijo varón y se llama Miguel. Mi pequeño miguel… Tantas cosas pasé por él y a pesar de que nunca ibas a reconocerlo, hice todo lo posible por superarme y poder criarlo.
En la diócesis de Capital Federal, jamás hubiesen permitido que un cura, se hiciera cargo de un hijo nacido por medio de la tentación del demonio. Como siempre me decías: “Esa semilla del mal, el fruto del pecado”. Pero jamás se te ocurrió nombrarlo Hijo. Muchas pisadas tuve que soportar por parte de la iglesia.
Aguanté el embarazo y trabajar en aquel lugar, donde me habías abandonado para no darte vergüenza. Sin embargo, en aquella quinta de rehabilitación, pude aprender un oficio y progresar.
Eso no te lo voy a discutir… todo lo contrario. Te estoy muy agradecida y como prueba de eso, el misterioso paquete que hace una semana te había llegado a la capilla, fue un presente mío. Imagino que esa carne tan deliciosa, fue degustada con aquel vino tan refinado y dulce.
Solo que hay un pequeño detalle. Miguel, el niño del cual jamás quisiste hacerte cargo y que por culpa de la iglesia, no permitió que tuviéramos una felíz vida de pareja normal, deberá ser aceptado por ti. Tendrás que quererlo aunque no lo quieras, porque así como tú me lo has dado, YO TE LO HE DEVUELTO.
Espero que lo hayas degustado con aquel vino refinado de misa, querido amor no correspondido. Espero que lo hayas recibido, con la misma devoción que pones en cada misa que realizas.

Adiós.
Fin
20/11/07

No hay comentarios: